martes, 26 de agosto de 2008

Julia

- ¡Oh, cielos! Te ha salido un bulto en la cabeza.
- ¡¿Qué?! ¿Dónde?
- Debe ser un tumor.
- ¿Un tumor? Lo imaginaba.
- Ah, no, es el pelo.
- ¡Por Dios, Julia!
- Qué quieres, por una vez que me intereso por ti.
- Pues te podría interesar saber que me merezco una explicación, incluso una disculpa.
- ¡Ya sé lo que vamos a hacer! Tú me hablas y yo demuestro que no me interesa. Ni te escucho. Igual que cuando te deje tirado.
- ¿Qué dices?
- Eso, eso… habla.
- Pero en que clase de psicótica sádica te has convertido. ¿Es que no te acuerdas de las cosas que hemos vivido juntos? ¿No te acuerdas de las veces que me dijiste que me querías? Puede que sólo fueran palabras, pero al menos te preocupabas por mí, me apoyabas si estaba triste o preocupado. ¿Dónde está esa Julia? ¿Eh? ¿Dónde está esa Julia… humana?
- ¿Te sabes el chiste del síndrome de Williamson?

1 comentario:

paco polski dijo...

ay llulito que te descubro poco a poco y me parto contigo